Ingite · nº 33 · Enero de 2022

13 INGITE obedeciendo a intereses propios de las universidades, tratando de desvir- tuar el modelo natural de desarrollo de los ciclos universitarios (grado, master y doctorado), fomentando los programas integrados, única y exclusivamente en el ámbito de la In- geniería y Arquitectura (creando des- igualdades) y provocando por tanto una disminución de vocaciones, una pérdida de oportunidad para los titu- lados (a los que se les atrapa 2 años más) y un enorme coste económico y social, que nos sitúa en desventaja con otros países. Se trata de una reforma, que ade- más de ser extemporánea, dado que se ha aprobado antes el decreto de desarrollo que la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario, no solo no mejora la situación actual, sino que burla una Sentencia del Tribunal Su- premo que en base al anterior Real Decreto 1393/2007 impedía acceder al máster sin tener totalmente apro- bado el título de Grado, algo que ahora se ha modificado para satis- facer las aspiraciones de las cuatro Universidades Politécnicas, que lejos de emular a las mejores (universida- des), pretenden distanciarse de las mismas con el único propósito de mantener estructuras pre-Bolonia y de paso retener por más tiempo a los estudiantes y por tanto obtener más matriculaciones. Todas estas medidas van justo en el sentido contrario de los objetivos globales que pretendemos alcanzar como sociedad, donde no solo po- damos competir en igualdad de con- diciones con los mejores, sino que además podamos conseguir más vocaciones en el ámbito de la Inge- niería. Para el presidente del INGITE, Jose Antonio Galdón Ruiz, no es entendible que mientras las mejores universidades de Ingeniería a nivel mundial (MIT, Stanford, Cambridge, ETH Zurich, Imperial College Lon- don, Oxford, Berkley…) ofrecen titu- laciones de Grado habilitantes en In- geniería de 4 años, y España se siga empeñado en dilatar esa formación por intereses particulares. “No creo ni que los españoles tengamos me- nos capacidad, ni que las universida- des sean menos eficaces a la hora de trasladar los conocimientos” apuntó Galdón, al mismo tiempo que indi- có que “no nos podemos permitir el enorme coste de oportunidad que supone el acceso tardío al mercado de trabajo y la pérdida de competiti- vidad que ello conlleva”. Ya el año pasado, cuando se pu- blicó el borrador de Real Decreto de las Enseñanzas Oficiales del Sistema Universitario Español, el INGITE pre- sentó observaciones al mismo, por múltiples razones, entre ellas y la más importante: porque se desvir- tuaba el espíritu de la Declaración de Bolonia y suponía dar un paso atrás en la implantación del Espacio Euro- peo de Educación Superior (E.E.E.S.) en España.

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