Hace más de sesenta años que no se recordaba una tormenta de nieve como la denominada «Filomena» que ha causado peligros secundarios asociados con los eventos climáticos: serios problemas de movilidad en las carreteras, desabastecimiento durante varios días, caídas de árboles, etc. La ciudad de Madrid ha sido una de las grandes afectadas. Sólo en los primeros días, los daños ocasionados en inmuebles por la borrasca Filomena se estiman en unos 20,75 millones de euros, según fuentes del mismo Ayuntamiento.
Desde los distintos colegios de ingeniería que conforman el INGITE se han emitido diversos comunicados alertando de peligros y proponiendo soluciones. Por citar un ejemplo, los ingenieros forestales alertan del riesgo de una nueva caída de ramas y árboles en la Comunidad de Madrid tras la nueva borrasca que avisa lluvias importantes y rachas moderadas de viento desde el miércoles 20 de enero.
Además del riesgo de inundaciones y dificultades en los sistemas de alcantarillado ya anunciado, los ingenieros forestales creen necesario tomar medidas preventivas frente a nuevas posibles situaciones relacionadas con el riesgo de caída de ramas o árboles u otros riesgos derivados de las condiciones meteorológicas previstas, especialmente por las rachas de viento previstas. Se deben evitar posibles situaciones de riesgo derivadas del arbolado existente y garantizar, en este sentido, la seguridad de los ciudadanos.
Tras el paso de la borrasca Filomena son numerosos los árboles que han sufrido daños estructurales cuando no han caído en su totalidad. No ha dado tiempo aún a realizar las evaluaciones de riesgo pertinentes a la totalidad de los árboles afectados y es crucial para la retirada de ramas y hojas de los árboles dañados que aún se encuentra en curso. Muchos ejemplares han quedado debilitados y un nuevo evento meteorológico de estas características puede ser la puntilla para muchos de ellos.
Por su parte, desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, tras los primeros trabajos de recuperación de las infraestructuras básicas y el acceso a las mismas (principalmente, centros médicos), también piensa que es necesario acelerar los esfuerzos, con motivo de la llegada de fuertes lluvias a la península. El principal problema, en opinión de este colectivo, radica en el sistema de alcantarillado.
Si bien la nieve aún no se ha derretido, la llegada de esta nueva precipitación fomentará el deshielo y, por consiguiente, una gran cantidad de agua que ha de ser directamente evacuada a través del sistema de alcantarillado. Pero, ¿están preparadas las alcantarillas? Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, se explica la situación actual: con la gran cantidad de nevada, el inicio del deshielo y los residuos producidos en las grandes ciudades como consecuencia de Filomena (basuras no recogidas y ramas, principalmente), las lluvias pueden llevar a la saturación del alcantarillado. Para poder evitar esta situación, es indispensable la limpieza urgente de los imbornales.